♥Prince of Heart♥

Aren es un chico muy reservado, serio y frío, pero también es muy leal. Por lo general es solitario, y siempre trata de alejar a los demás de él. Desconfía de todo aquel que le rodea, pero al mismo tiempo se puede confiar completamente en él. Una vez que entra en confianza y siente afecto hacia alguien, trata de defenderle, incluso con su vida. Generalmente es relajado, y a diferencia de lo que piensan los demás, no es impetuoso. Cuando está enfadado, usa demasiadas groserías. Tiene gran interés por enseñarles lecciones a los demás, especialmente si siente un “vínculo” con ellos; lo que hace que parezca odioso a veces, que generalmente es lo que busca para su imagen. Suele decir lo que piensa, aún sin importarle si lastima a los demás. Su rasgo más “curioso”, es su amor por las “legendarias duchas infinitas”, las cuales toma cuando está estresado, o necesita pensar a fondo alguna cuestión.

Proveniente de una familia noble, Aren nació siendo un vampiro de sangre pura. Siendo el primogénito, siempre se vio forzado a ser el hijo modelo. Años después, llegó su hermano Yves. Einar comenzó a presionar más a Aren, ya que él era el único que debía mantener en alto el nombre de la familia. Dyre, su madre, siempre buscó que la educación de su primogénito no fuera tan estricta, pero ninguno de sus intentos de disuadir a su esposo funcionó. la mayor parte de su inmortal vida se la pasaba en reuniones, a las que su padre le obligaba a asistir, con el "gobernante" de Sauten. Sin embargo, el joven detestaba inclusive la presencia de aquel desagradable ser. Algo que compartía con su padre. Lo único que lograba calmar sus nervios, era la presencia de aquella mujer: Azucena Scarlett.

De lo poco que sabía de la "historia" de su familia, puesto que la mayoría de las lecciones que le impartía su padre, se la pasaba dormido, escudado por sus lentes, era que ellos, los Thorian, eran los siguientes en la línea real. A pesar de la posición de su familia, sus padres siempre apoyaron en secreto a la Reina. Azucena mantenía reuniones a escondidas de su esposo con la familia de Aren. A veces, mandaban al joven a cuidar de Yves. Otra, simplemente se quedaban en la habitación él, su padre y la Reina. Eran esos, los únicos momentos en los que dejaba ver sus ojos ambarinos, los cuales paseaba de su padre, a Azucena. Todo lo que comentaban en aquellas reuniones, no podía importarle menos. Sin embargo, lograba disimular su indiferencia. Las únicas ocasiones en las que se concentraba completamente, era cuando salía el tema de su familia, en específico, de su hermano.

Cuando la revolución estalló, Einar buscó la forma de mantener a su familia a salvo. Sin embargo, en la confusión de la batalla, los humanos creyeron que ellos eran fieles a aquel tirano dictador. Una noche, fueron atacados por un pequeño batallón. Aren, bajo las órdenes de su padre, y a regañadientes, tomó a Yves, abandonando a aquel lugar. Lo único que había logrado tomar antes de su huida, había sido una espada. EL único alivio de aquella noche: si les atacaban, al menos era diestro con aquella endemoniada arma. Apenas si se había despedido de sus padres. Einar obligó a Aren a dejarlos atrás, a él y a su madre. Al día siguiente, cuando volvieron, encontraron su hogar en llamas. Desde ese día, juró que protegería a Yves como fuera.

Trató de reconstruir el nombre y prestigio de su familia. Toda la fortuna que les pertenecía, volvía a ellos con lentitud. Y aunque tenía el apoyo de la "reina", ya no confiaba en ella como antaño. Educó a su hermano de la misma forma que Einar, lo educó a él. Y fue entonces que recibió la noticia de la academia. Al principio estaba renuente de aceptar la propuesta de Azucena de asistir; pero luego de pesar todas sus opciones, decidió que tanto él como Yves, ingresarían a la institución.